(Geoff McFetridge)
Suponen que llegará el frío,
y dejarán de vivir
bajo este palio de sal y ascuas de oro,
con todo lo que tiene alma de cántaro
que se rompe en cinco partes.
Ahora reina lo latente,
que es calamidad consentida hasta los soplos,
y hay vientos de dos filos para rellenar sus huesos.
Si hacen sencillo el frío
dormirán donde la hierba sea verde;
qué pequeños ante un palmo de crueldad
y el remate de las torres.
Intentaron medirse con ella
y tuvieron que cargar con su historia,
hechos de piedra noble ya estos cuerpos.
La belleza siempre está ahí,
como un campo de estrellas bajo la noche.
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