Pues los poetas son
pequeños animales en disturbio
con la sed en los ojos y en la
garganta amor


(Jesús Hilario Tundidor)

viernes, 30 de agosto de 2013

Jóvenes Y Trágicos

(Laura Bifano)



My suitcase is packed with all your heartbeats
So i walk to their sound and head towards the sun
So my shadow will cover the tears on the ground
I'm moving away from the place
Where you took your last breath
To find you my love
In the magic of life after death.


(Dead Man´s Bones)

domingo, 25 de agosto de 2013

"Yo Imagino, E Invito A Usted A Imaginar Un Mundo En El Cual..." (Samuel R. Levin)

(Zoran Music)



... lo recíproco deje de ser la x en la latitud del grito,
el rumor del océano único eco que tengamos
como millonarios de sal.

Que la voz regrese al cuadrante cero de la historia,
cuando la lírica constituía
la plegaria a un tótem de piedra ciego, sordo y mudo.
Un mundo en el cual se escriba
en tinieblas de madrigueras secretas
la primera mañana del lobo,
que aulla aún sabiéndose jamás correspondido,
hambriento de centro y sentido.

Cuando el silencio sea más pregunta que respuesta
pesaremos lo que importa:
si un verso cayera en mitad de un bosque vacío,
¿haría ruido?


jueves, 22 de agosto de 2013

Somos Proclividad

(Jean-Jacques Lequeu)



No hay vida ni muerte
sólo actividad
y en lo absoluto
no hay declinar.
No hay amor ni deseo
sólo proclividad.
Quien quiera poseer
es una no-entidad.
No hay primero ni último
sólo igualdad
y quien quiera dominar
es uno más en la totalidad.
No hay espacio ni tiempo
sólo intensidad
y lo dócil
no tiene inmensidad.


(Mina Loy)


martes, 13 de agosto de 2013

domingo, 11 de agosto de 2013

Poesía Salmón


Estúdialos, vive entre ellos, respira su ozono afrutado. Algún día llegarás a comprenderlos a través de sus fetiches. Si tú tienes la voz de Pedro Salinas, ellos tienen la de Ted Hugues en Cartas de cumpleaños.
Cuando lo abres, no estás abriendo un poemario, deshilas la crónica de una caída: la de Sylvia Plath, donde apenas se nos concede ese hueco que un lector necesita para sentirse huésped. Aquí eres un extraño invitado a un monólogo demasiado íntimo, en el que tampoco ayuda la casi completa ausencia de notas que faciliten la inmersión, siendo las escasas presentes un gesto aclaratorio algo estéril (* Bloomsday es el día que transcurre la acción del Ulises de James Joyce). Obviando este detalle, Luis Antonio de Villena realiza un notable esfuerzo de traducción de un escritor que domina el lenguaje con la maestría de un grande. Ahí reside la convergencia de aquellos que consideran el libro una obra excepcional. Los textos 18 Rugby Street, 9 Willow Street, o Las grutas de Karlsbad (mi favorito), demuestran la dimensión poética que perdura por encima de su valía como documento autobiográfico.
El conflicto llega a partir de la segunda mitad, cuando las composiciones se tornan más oscuras (Setebos, El dios abeja, Los perros se están comiendo a tu madre) y el faro del receptor disminuye página tras página. Las metáforas, símbolos y referencias dejarán aturdido al no docto en la vida del matrimonio. Sólo los eruditos lograrán palpar la entraña de estas ochenta y ocho "cartas". Bajo el status de lector medio, es el gran pero que le pongo a Birthday Letters. El poeta inglés se niega a realizar el proceso de distanciamiento que convierta el monólogo en diálogo. Virtud, dirán sus incondicionales, virtud injusta para el resto. Parece un ejercicio un tanto cargado de vanidad y vaga hipocresía escribir un libro de la manera que detallo e indirectamente exigir al mismo tiempo que el lector conozca al dedillo la biografía de ambos protagonistas. ¿Impostura convertida en estrategia de márketing? Fuera lo que fuese funcionó, pues tres lustros después continúan aumentando su ventas.
"Nunca se había visto nada parecido en literatura"(Andrew Motion de The London Times dixit). Cito la única frase con la que coincido del extracto de su crítica recogida en la edición de Lumen de 1999. Crear un fenómeno literario utilizando la caída de la poetisa-icono de nuestra época ciertamente es algo insólito. Y ahora vuelvo al tema de una de mis últimas entradas: la bilis de la edad del plasma, que aquí defino como "Poesía Salmón", la mezcla resultante del amarillismo y el rosa. Este color salpicando al mundo lírico surge de manera ilativa, casi lógica en este caso. No todos los días uno puede decir que fue marido de Sylvia Plath.


domingo, 4 de agosto de 2013

Stockhausen Que Estás En Los Cielos




Primeros de agosto en la Jerusalén de los lagartos es lo más parecido a un mundo sin poesía. 
Me pregunto muchas cosas cada mañana. Por ejemplo, que si los jardineros se van de vacaciones, no sé quién cuidará los jardines. También me pregunto si el arte hace a la época o la época hace al arte cuando la propia sociedad constituye el mayor espectáculo. El doble infanticidio como folletín del año, el vídeo en bucle de un accidente ferroviario, la comparecencia circense de una clase política obsoleta, por citar tres ejemplos, son la bilis de la edad del plasma. Pocos saben que cada vez nacemos con el estómago más pequeño. O que pronto se celebrarán bodas express en Fukushima bajo el rito mutante.
Karlheinz Stockhausen, ahora justamente reivindicado por La Fura dels Baus, fue repudiado por la sociedad norteamericana cuando declaró que los atentados del 11-S eran "la mayor obra de arte jamás realizada". Si sólo nos quedamos con una primera lectura de estas palabras, el sentimiento de rechazo responde casi a un acto reflejo. Pero, al igual que Andy Warhol y sus quince minutos de gloria, parece que el tiempo ha acabado dándole la razón. ¿O acaso Osama Bin Laden no se ha convertido (ha sido convertido) en un icono del siglo XXI? Stockhausen pisó más allá que Warhol y cruzó esa línea que separa la sinceridad de la honestidad brutal. Sus palabras fueron tan manipuladas como malinterpretadas por el cuarto poder, cuyo ordinal hace tiempo deberíamos reconsiderar al alza. Pues el amarillismo domina el estilo periodístico para oprobio del arte. Cualquier forma de expresión musical, escrita o pictórica es incapaz de competir con la tragedia social, siempre sobreexpuesta bajo fines ocultos. Sectores conservadores lo venderán como una concienciación colectiva, consecuencia positiva de la globalización. Pero yo sólo lo veré como una falsa moralidad. Nunca un luto nacional resultó tan oportuno para un presidente corrupto.
Bienaventurados los que crean que la excelsa cobertura dada por cadenas como TVE o Antena 3 a la tragedia de Santiago nace de una honesta solidaridad. Porque ellos herederán los jardines de septiembre.