(Ana Forte)
En ese mismo año de 1934, Alfonsina, acompañada ahora por su hijo Alejandro, viaja por segunda vez a Europa. Es un viaje como el anterior con su amiga Blanca de la Vega, en el que pesa el tiempo y la economía [...]
El viaje le sirve para volver a unirse a los amigos que descubrió en su primer viaje aquí en España. Pasa por la ciudad de la Giralda, y allí, bajo la gracia y el ángel del parque de María Luisa, descubre que la letra de Santa Teresa de Jesús y la suya se parecen mucho. En conferencia suya el día 23 de mayo de 1936, ella lo recuerda así: "Con un poco de rubor, sin vanidad alguna, como hecho curioso casual, y sin parangón literario posible, he de informar que en tierras del Plata, ha florecido por mi mano una grafía semejante a la de Teresa de Ávila... Sus rasgos grafológicos son notoriamente parecidos a los míos y una explicable emoción me sacudió al comprobarlo..."
(Lucrecio Pérez Blanco)
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