Pues los poetas son
pequeños animales en disturbio
con la sed en los ojos y en la
garganta amor


(Jesús Hilario Tundidor)

jueves, 27 de junio de 2013

Jerusalén De Los Lagartos


Aquí la primavera,
como el regusto a sangre
en la boca de los amantes,
pasó de largo una noche.
Esta tierra nos exige ser precisos
hasta donde no hay caminos.

La muerte libre bajo el sol dilata la vida.

Vivo en la Jerusalén de los lagartos
e intento creer que de un incendio
puede nacer un idioma.

2 comentarios:

José Luis Martínez Clares dijo...

Magnífico sin paliativos. Abrazos

Sergio DS dijo...

Acabaré por digerirlo, sigo dándole vueltas.
Saludos.