Pues los poetas son
pequeños animales en disturbio
con la sed en los ojos y en la
garganta amor


(Jesús Hilario Tundidor)

miércoles, 7 de enero de 2015

En Su Lecho De Muerte Chespirito Se Dirige Al Autor



Como un gif en blanco y negro de película muda,
sumirte en atmósferas de ultramundo
sobre adverbios modales,
algo así traumático a la altura de la coronilla.
Pasa el reverso del vivir
y los violines se sostendrán
antes que el director baje la batuta.
Nadie ya apagará el responso
disuelto sin punto final.

Has de ser segundas intenciones,
útil según los noveles,
—¿piensan en ti cuando duermen con Elena Medel?—
algo así a la altura de la rodilla.
Evita capillas literarias y manifiestos verticales
que hacen llanto a perros aguayos.
Sacrificando la pureza
enmoheces las distancias,
pues sonreír es hablar de puntillas.
Aún queda carne para otro invierno
y yo te hablo desde una infancia amarilla.
¿Quién es tu mejor amigo allá por el valle?
No mames,
tu mejor amigo es el miedo a la muerte.

1 comentario:

José Luis Martínez Clares dijo...

El miedo a la muerte se supera creando. Buenos versos. Abrazos