Pues los poetas son
pequeños animales en disturbio
con la sed en los ojos y en la
garganta amor


(Jesús Hilario Tundidor)

miércoles, 4 de septiembre de 2013

Estado Omega

(Winston Chmielinski)


 
 
Se leen citas de Balzac sobre camisetas anchas
entre el Pont des Arts y el Quai de Conti de París.
 
Se escriben ideas en ciento cuarenta caracteres
que cristalizan como un temblor al final del día.
 
Se escuchan discursos en boca de quienes se hacen llamar pueblo
y sólo evocan la distancia del silente,
del eternamente burlado.
 
La voz del vulgo no evoca la verdad, la invoca.
 
Vosotros, fantasmas de etiqueta,
vivís de nuestra desidia,
en debates y coloquios que han crecido
como moscas junto a un cadáver que se pudre
bajo soles de injusticia.
Parece el oficio de moda,
de mayor los niños quieren ser
Francisco Marhuenda o Alberto Garzón
ganándose el prime time con el sudor de sus frentes.
 
No cerrarán ningún surco,
no cerraremos ningún surco.
La historia nos legó la voz
como a ninguna otra generación en sesenta siglos.
Pero con un código del color del frío
que no pesa los caudales.
 
La era de la palabra debe concluir,
hemos malgastado suficiente tiempo en colmar inminencias.
Quiero llegar al último estado de conciencia,
quiero llegar a la frontera 
donde podamos vivir siempre en los actos.

2 comentarios:

José Luis Martínez Clares dijo...

El eternamente burlado... parece el título de una obra barroca y, sin embargo, continúa, cinco siglos después, de plena actualidad. Abrazos

Ricardo Lamelas Frías dijo...

Magnífico final, siempre en los actos. Y qué gran lustre de suciedad entre medias nombrado. Gracias pequeño animal en disturbio, un abrazo