Pues los poetas son
pequeños animales en disturbio
con la sed en los ojos y en la
garganta amor


(Jesús Hilario Tundidor)

sábado, 11 de mayo de 2013

Impresión Bajo Pérgola


La poesía no puede constituir el espejo de oro roto de un mundo ya de por sí lo bastante ofuscado. Reducirla a experiencia lingüística y proclamar esta acción como afán total de rebeldía parece demasiado habitual.
El poeta español más en boga por su reciente Premio Cervantes personifica el paradigma de esta praxis. José Manuel Caballero Bonald ha sido objeto de análisis aduladores en los últimos meses y no seré yo quien vaya ahora a menospreciar la calidad literaria de su obra, incontestable en Descrédito del héroe o Ágata ojo de gato.
El nudo de esta historia llega cuando la crítica y el propio Bonald se apresuran a aclarar que un libro como Pliegos de cordel supone la obra menor de su dilatada trayectoria. Rotundo motivo: se inscribe en una corriente literaria supeditada a la circunstancia histórica. Véase: poesía social durante el franquismo.
Con similar premura y a 30 grados bajo la pérgola de la Feria del Libro de Sevilla, el autor jerezano afirma que el término "desahucios de la razón" no fue un término casual utilizado en su discurso de recepción del galardón.
Mientras, una escenografía donde se repiten las letras de Banco Sabadell enmarca la estampa primaveral.



1 comentario:

José Luis Martínez Clares dijo...

Las incoherencias son también Literatura. Qué duda cabe. Abrazos