Pues los poetas son
pequeños animales en disturbio
con la sed en los ojos y en la
garganta amor


(Jesús Hilario Tundidor)

domingo, 28 de septiembre de 2014

¡Ay! Quién

(Lidia Bao)


Ahí fuera
las cosas se aman por lo que son.
Escribo superchería y sale
                                           superchuchería
                                         o su-percha-fría
Es fácil jugar con las cuentas.

Aquí dentro
basta con romper el diptongo,
cada uno se inventa a sí mismo
y todo permanece
porque no lo producimos,
tan sólo lo revelamos.

A veces hay quien,                                             a veces ¡ay! quién,
deja una nota de despedida
sobre una mesa de operaciones.
Si cualquier cosa, tarde o temprano,
desaparece,
dime qué, dime quién.
                                                            Como quien coge un revólver
                                       y se adentra en la tundra
para que nadie encuentre su cuerpo.


1 comentario:

José Luis Martínez Clares dijo...

Me lo guardo en la memoria. Un abrazo