Pues los poetas son
pequeños animales en disturbio
con la sed en los ojos y en la
garganta amor


(Jesús Hilario Tundidor)

martes, 24 de abril de 2012

Celsius 233







Yo me alquilo por horas; río y lloro con todos;
pero escribiría un poema perfecto
si no fuera indecente hacerlo en estos tiempos.
(Gabriel Celaya)





Ayer, como celebración del Día del Libro, quemé todos los poemarios que hablan de amor, de sentimientos perfectos en versos perfectos.

Adiós a perfectas ediciones de Hiperión, Seix Barral, Visor; adiós a vuestras perfectas obras: Emily, Gustavo, Rabindranath.

Aquellas hojas ardieron perfectamente con sólo 451 grados Fahrenheit. Incluso la hoguera creció creando una columna de fuego demasiado perfecta.

Después alguien me preguntó sobre qué siento cuando escribo y yo le respondí que me siento útil, aunque sepa que un poema no sirve para nada.




1 comentario:

José Luis Martínez Clares dijo...

Sirven para arder perfectamente o para incendiar ideas que se morían de frío en la oscuridad. Abrazos