domingo, 29 de abril de 2012
martes, 24 de abril de 2012
Celsius 233
pero escribiría un poema perfecto
si no fuera indecente hacerlo en estos tiempos.
Ayer, como celebración del Día del Libro, quemé todos los poemarios que hablan de amor, de sentimientos perfectos en versos perfectos.
Adiós a perfectas ediciones de Hiperión, Seix Barral, Visor; adiós a vuestras perfectas obras: Emily, Gustavo, Rabindranath.
Aquellas hojas ardieron perfectamente con sólo 451 grados Fahrenheit. Incluso la hoguera creció creando una columna de fuego demasiado perfecta.
Después alguien me preguntó sobre qué siento cuando escribo y yo le respondí que me siento útil, aunque sepa que un poema no sirve para nada.
sábado, 21 de abril de 2012
viernes, 20 de abril de 2012
Así Amo Tumbas
Yo no aplasto la corola de milagros del mundo
y no destruyo con mi pensamiento
los misterios que en mi camino encuentro
en flores, ojos, sobre labios o tumbas.
Otros con su inteligencia
ahogan el encanto de lo impenetrable, de lo escondido
en los abismos oscuros
mas yo con mi luz acreciento el misterio del mundo;
y así como la luna con sus rayos brillantes
no disminuye, sino temblorosa
extiende aún más el secreto de la noche,
así yo enriquezco el sombrío horizonte
con amplios estremecimientos de sagrado misterio;
y todo lo que es incomprensible
se torna aún más incomprensible
bajo mis ojos
porque así yo amo
flores y ojos y labios y tumbas.
(Lucian Blaga)
lunes, 9 de abril de 2012
Pecado Original
Lo Que Hay Que Decir
El poeta alemán se opone a un ataque israelí contra Irán
Por qué guardo silencio, demasiado tiempo,
sobre lo que es manifiesto y se utilizaba
en juegos de guerra a cuyo final, supervivientes,
solo acabamos como notas a pie de página.
Es el supuesto derecho a un ataque preventivo
el que podría exterminar al pueblo iraní,
subyugado y conducido al júbilo organizado
por un fanfarrón,
porque en su jurisdicción se sospecha
la fabricación de una bomba atómica.
Pero ¿por qué me prohíbo nombrar
a ese otro país en el que
desde hace años -aunque mantenido en secreto-
se dispone de un creciente potencial nuclear,
fuera de control, ya que
es inaccesible a toda inspección?
El silencio general sobre ese hecho,
al que se ha sometido mi propio silencio,
lo siento como gravosa mentira
y coacción que amenaza castigar
en cuanto no se respeta;
“antisemitismo” se llama la condena.
Ahora, sin embargo, porque mi país,
alcanzado y llamado a capítulo una y otra vez
por crímenes muy propios
sin parangón alguno,
de nuevo y de forma rutinaria, aunque
enseguida calificada de reparación,
va a entregar a Israel otro submarino cuya especialidad
es dirigir ojivas aniquiladoras
hacia donde no se ha probado
la existencia de una sola bomba,
aunque se quiera aportar como prueba el temor...
digo lo que hay que decir.
¿Por qué he callado hasta ahora?
Porque creía que mi origen,
marcado por un estigma imborrable,
me prohibía atribuir ese hecho, como evidente,
al país de Israel, al que estoy unido
y quiero seguir estándolo.
¿Por qué solo ahora lo digo,
envejecido y con mi última tinta:
Israel, potencia nuclear, pone en peligro
una paz mundial ya de por sí quebradiza?
Porque hay que decir
lo que mañana podría ser demasiado tarde,
y porque -suficientemente incriminados como alemanes-
podríamos ser cómplices de un crimen
que es previsible, por lo que nuestra parte de culpa
no podría extinguirse
con ninguna de las excusas habituales.
Lo admito: no sigo callando
porque estoy harto
de la hipocresía de Occidente; cabe esperar además
que muchos se liberen del silencio, exijan
al causante de ese peligro visible que renuncie
al uso de la fuerza e insistan también
en que los gobiernos de ambos países permitan
el control permanente y sin trabas
por una instancia internacional
del potencial nuclear israelí
y de las instalaciones nucleares iraníes.
Solo así podremos ayudar a todos, israelíes y palestinos,
más aún, a todos los seres humanos que en esa región
ocupada por la demencia
viven enemistados codo con codo,
odiándose mutuamente,
y en definitiva también ayudarnos.
(Traducción de Miguel Sáenz, diario El País).
Este es el poema de la discordia, el que ha colgado a Günter Grass el sambenito de antisemita ya no sólo por haber expresado una verdad que las Naciones Unidas protegen, sino por el mero hecho de ser alemán y mencionar al pueblo israelí. Es una advertencia, escritores, si no queréis ser acusados de esa palabra tan fea, guardad silencio.
miércoles, 4 de abril de 2012
Breve Apunte Sobre La Semana Santa
Los cofrades deberían preguntarse por qué casi siempre llueve en Semana Santa.