"[...] el de la tenaz voluntad de figurar,
de figurarse por todos los tiempos,
pasando a través de ellos."
María Zambrano
Ya en la ciudad cae la noche sin estrellas
y tus sentidos saturados, confusos
muestran el desorden de lo cotidiano.
Entre luces, ruidos y palabras aéreas
molestan incómodas proximidades
y sin embargo te mueves con soltura.
Decídete a frenar tu resuelto paso
dejando que el caos te rebase y se pierda.
A tu alrededor toda la luz escapa.
Todo va hacia dentro, chillando desde afuera.
Lo orgánico se difumina gaseoso.
Entonces percibes el hueco de las cosas.
El orden no era más que una escenografía
una representación de los valores
que humedecía todo con lluvia de entropía.
Ya no hay temores, ni odios, ni rencores.
Las calles quedan vacías de todo cartel.
Lo material se desnuda y se nivela.
Tu ser ha alcanzado el instante estático
la materia universal es ante ti
flexible aleación de la ausencia de la esencia.
Puedes retorcer la forma de las calles.
Cambiar el rostro de lo desconocido.
Remodelar la cicatriz de las ideas.
Pero el tiempo acaricia ya tus mejillas
y en otro instante antagónico te muestra
tu mente circunstancial y pasajera.
Ya ha retornado la noche sin estrellas.
(Sevilla, 1976)