(Fuente: diariodeavisos.com)
Sentados sobre un mar de prieta consistencia
navegan como niños insensibles,
rumorcillo de olas sin sentir en las nalgas vastas
profundidades.
¿Para qué? Calcetines bordados atestiguan que
sus pechos son pulcros,
y el corbatín alude a un historial de pueblo laborioso
que hace correr el llanto.
Pueblo en sus bocas falsas,
sobre verdes hipódromos vedlos cómo pasean tolerantes
los tratados secretos con su sonrisa sórdida.
Forrados de gamuza no responden a las ondas del
viento,
y penas capitales los acogen escintilantes
párpados bancarios.
Pueblo en sus bocas,
para nada les sirve la multitud nombrada,
paja seca en su dientes cuando el fluido mágico
no existe.
Esguinces de los humano,
se aposentan en mesas de cristal amasadas con
sangre.
(Juan Gil-Albert)