Pues los poetas son
pequeños animales en disturbio
con la sed en los ojos y en la
garganta amor


(Jesús Hilario Tundidor)

miércoles, 29 de octubre de 2014

Desasimiento


El yo como otro que mira como ahora,
                       que habla,
                   ya que sólo puede hablarse.

Hay nombres
que consuelan del hijo y la puta,
pero quedará de mí
lo mismo que de los que me precedieron:
                                        desasimiento.

1 comentario:

José Luis Martínez Clares dijo...

Un legado muy común... un poema genial. Un abrazo, amigo