(La noche, Arnol Böcklin)
Tan sólo un corazón late en toda la eternidad.
Tan sólo una ley obedezco: la que éste ha ordenado.
En una infinidad de manifestaciones bate su sangre,
y todos extinguen su sed en ese gran río de existencia.
Así comparto conmigo, para que se consuma el tiempo,
esa corriente que fluye llena del encanto de la vida;
si esa ola de lo que pasa y decae en forma de espuma,
¿no es tan sólo eso el ritmo, en la procesión apurada de las horas?
(Per Daniel Amadeus Atterbom)
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