(Juanma Mendoza)
El asunto —que comprende el argumento y la acción—, es sin duda, lo primero. Dada la idea, la poesía la reviste un cuerpo, la humaniza, la hace interesante para todos los hombres, o, como dice el padre de las doloras: —la idea se convierte en imagen, hay enseguida que darle carácter humano, y después, universalizarla, si es posible.
Creemos, además, que la poesía debe cultivarse como medio de mejorar deleitando el espíritu y elevándolo, y entonces, las brillantes fruslerías de los versos, las alas azules de mariposa, se convertirán en estrella que guía, en alas de águila que levantan.
La regla sería: —la ficción para hacer resaltar la verdad; el esplendor de la imaginación propia alumbrando la razón ajena y avivando la conciencia; la imagen para esculpir el pensamiento que inclina a la virtud y eleva la inteligencia.
(Prólogo de Azul... de Rubén Darío, Eduardo de la Barra)